Aquí presentamos unos breves consejos que vale la pena tener en cuenta si te dispones a comprar o vender una videocámara de segunda mano

La primero que tenemos de observar es su aspecto externo, especialmente a la búsqueda de trazas de que haya recibido golpes o maltrato que haya podido deteriorar su funcionamiento. Esto es importante en un artículo como una videocámara que a buen seguro ha viajado lo suyo o incluso haya sido manejada por público infantil. Por estas razones, también observaremos si presenta rayaduras o desgastes exagerado en alguna parte o alguna pieza rota.

Si se trata de una videocámara a batería, que son la mayoría, deberá disponer del cargador. Además, la batería o las pilas en su caso, deben estar, al menos, parcialmente cargadas para poder efectuar las pruebas pertinentes.

Las pruebas básicas que realizaremos con la videocámara será en primer lugar, grabar con ella, ver la grabación y probar el correcto funcionamiento de todos los botones, play, stop, adelante, atrás, etc.

Si tiene opción a realizar fotografías realizaremos algunas fotos usando el zoom al máximo y al mínimo.

Si dispone de pantalla extraíble, comprobaremos que se pueda abrir correctamente.

También se valorarán los accesorios que lleve la videocámara, tales como funda, caja original, cable de conexión de datos, etc...

Para finalizar, recomendamos que la compra venta de una videocámara sea presencial, es decir, con el comprador-vendedor frente a frente y la videocámara presente, de forma que se pueda ver y probar, y con el propietario delante para obtener información adicional sobre el uso y trato que haya podido recibir la videocámara. Mejor aún si la compra-venta se realiza en algún sitio de confianza y que den una buena garantía, que tendría de llegar a un año.

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