Termómetros de vidrio: quizás sean los más clásicos entre los padres ya que de pequeños eran los que más se utilizaban. Son realmente fáciles de transportar por su tamaño y llegan a ser muy precisos. Los puedes colocar en varias zonas del cuerpo de la manera más cómoda en la que se pueda encontrar el bebé. Por el contrario tardan mucho en dar el resultado de la temperatura y llevan mercurio dentro, con lo que tendremos que tener mucho cuidado a la hora de acercarlo al bebé.

Termómetros de oído: son los termómetros más precisos de todos, no obstante también suelen ser los más complejos y difíciles de usar, ya que la distancia en la que lo pongamos del oído, es crucial para que el termómetro sea eficiente.

Termómetros digitales: estos son probablemente los más prácticos y fáciles de utilizar. Basta con colocarlos debajo de las axilas esperar unos segundos y rápidamente aparece el número en la pantalla. Como verás son muy sencillos y fáciles de llevar.

Termómetros de banda plástica: si alguna vez has utilizado estos termómetros, habrás comprobado lo prácticos que son a la hora de usarlos, simplemente con colocarlos en la frente del bebé te marcan si tiene o no temperatura; por lo contrario no te indica la temperatura exacta en la que se encuentra, por lo que no resultan tan precisos.

Esperamos que desde Re-Nuevo te hayamos servido de ayuda a la hora de elegir el mejor termómetro de segunda mano para tu bebé.

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Marc

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